domingo, 16 de diciembre de 2007

Perspectiva De Los Alimentos Funcionales en la Obesidad

Dra. Blanca Edelia González Martínez
La obesidad es una enfermedad crónica no transmisible que se caracteriza por el exceso de tejido adiposo en el organismo, generada por una ingesta energética mayor a la energía utilizada durante un período de tiempo.
Las causas de la obesidad son múltiples e incluyen tanto factores genéticos como ambientales, entre los que destaca la alimentación.
En la actualidad, la prevalencia de sobrepeso es inquietante especialmente en los países desarrollados; por ejemplo, en los Estados Unidos el número de niños con sobrepeso de 6 a 12 años se duplicó entre 1976 y 1980, mientras que en adolescentes de 12 a 17 años se triplicó. La tendencia de incremento en este problema de salud pública es alarmante, se estima que para el año 2010 el 20% de los niños de Europa serán obesos, mientras que en Estados Unidos superaran el 35% y en América se alcanzará un 15%.
La prevalencia de obesidad en las diferentes regiones de nuestro país es variable siendo la zona norte la que presenta los valores más altos, en algunas ciudades las cifras son similares a las encontradas en los Estados Unidos.
La obesidad esta fuertemente asociada con una serie de complicaciones médicas que incrementan la morbilidad y disminuyen la calidad de vida de las personas. Entre las enfermedades relacionadas con la obesidad se encuentran la diabetes mellitus tipo 2, el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas ortopédicos, asma y otros problemas respiratorios.
Por ser la alimentación uno de los principales factores que originan la obesidad también, ha sido uno de los aspectos que mas frecuentemente han sido considerados para la prevención y el control de la misma. Desde hace muchos años se ha establecido la relación entre la presencia de obesidad y el consumo de grasas y azucares simples. Actualmente se sabe que una mala alimentación es un factor de riesgo para las enfermedades coronarias, cáncer y diabetes. También se conoce que un consumo elevado de frutas y hortalizas reducen este riesgo, por lo que estos alimentos además de contribuir a disminuir la obesidad, aportan compuestos específicos que ayudan a mejorar la salud de las personas.
Recientemente ha cambiado el concepto tradicional que indicaba que para el mantenimiento de una salud óptima es necesaria una dieta con un aporte adecuado de nutrimentos; ahora, cada vez hay mayores evidencias de que los alimentos contienen además sustancias que cumplen una función de beneficio contribuyendo a reducir la incidencia de ciertas enfermedades crónicas y por tanto son necesarias para una vida saludable.
De esta manera, la prevención de enfermedades a base de la dieta diaria con alimentos ricos en compuestos bioactivos ha conducido a desarrollar productos diseñados para cubrir necesidades de salud específicas, surgiendo así lo que hoy en día se conoce como alimentos funcionales.
Todos los alimentos funcionales tienen un denominador común: actúan de forma favorable sobre una o varias funciones específicas del organismo, aunque para obtener estos efectos es preciso integrarlos en la dieta habitual. Por regla general, los alimentos funcionales huelen y saben como sus equivalentes comunes y presentan el mismo aspecto que éstos.
Entre los mecanismos de acción propuestos para los diferentes compuestos que se encuentran en los alimentos funcionales, se incluyen los siguientes:
Sistema gastrointestinal: Cambios en la flora intestinal, modulación del sistema inmune, disminución de riesgo de carcinogenesis (de colon).
Sistema cardiovascular: efectos en la regulación de la presión arterial, reducción de riesgo de trombosis y mejoría en el perfil de lípidos.
Metabolismo intermediario: reducción de enfermedades crónicas, control de resistencia a la insulina, prevención de osteoporosis.
Defensa contra oxidantes reactivos: disminución de reacciones de oxidación en diferentes lugares del organismo.
Los alimentos funcionales han sido estudiados para la prevención de enfermedades como osteoporosis, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedades cardiovasculares, mala digestión, síndrome menopaúsico, enfermedades demenciales y cáncer.
La idea de los "alimentos funcionales" fue desarrollada en el Japón durante la década de los 60’s como una necesidad para reducir el alto costo de los seguros de salud que aumentaban por la necesidad de proveer cobertura a una población cada vez mayor en edad, gracias a los avances en cuidado médico y una buena nutrición.
Al momento, Japón es el único país que ha formulado un proceso regulatorio específico para la aprobación de alimentos funcionales. Conocidos como "alimentos para uso específico de salud" ("foods for specified health use" o FOSHU) estos alimentos son elegibles para llevar un sello de aprobación del Ministerio de Salud y Bienestar. Actualmente más de 100 productos tienen licencia FOSHU en el Japón.
En los Estados Unidos la categoría de alimentos funcionales no está legalmente reconocida, sin embargo el Directorio de Alimentos y Nutrición del Instituto de Medicina ha definido a los alimentos funcionales como "cualquier alimento o ingrediente alimentario que pueda proporcionar beneficios de salud además de los tradicionalmente nutricionales"
En los Estados Unidos de Norteamérica la FDA regula los productos alimenticios en función de su uso y de la naturaleza de la información sobre salud que se publica en el envase. En las etiquetas de los suplementos dietéticos se permite incluir diversos tipos de declaraciones o información donde una de ellas es con respecto a la relación entre los componentes de la dieta y el riesgo de enfermedad o condición, la cual debe ser respaldada mediante evidencia científica disponible y creíble.
Diversos alimentos funcionales han sido estudiados en su relación con la obesidad, entre ellos se encuentran diferentes tipos de grasas como son los triglicéridos de cadena mediana y los digliceridos, el uso de ciertas bebidas como la leche (por efecto del calcio) el te y otras infusiones, así como el consumo de diferentes tipos de nueces; también se incluyen una gran cantidad de productos utilizados en la medicina tradicional como tratamiento de la obesidad y de las enfermedades relacionadas.
Los compuestos investigados como responsables de los efectos benéficos de los alimentos funcionales son muy diversos, entre estos destacan los glucanos, taninos, saponinas, -sitosterol, quercetina, -tocotrienol, sulfuro de alilo, terpenos, flavonoides, fitoesteroles, ácidos grasos mono insaturados, ácidos grasos poli insaturados -3, entre otros.
Algunos de los efectos de los componentes activos de los alimentos funcionales ocurren en la supresión del apetito, en el gasto energético, en la absorción de colesterol, procesos anti inflamatorios, mediante mecanismos como interacción con las enzimas el metabolismo intermediario o de modificación del estado fisiológico del consumidor o a través de la regulación de la expresión genética de proteínas especificas. Estos puntos se abordaran precisando en que productos se cuenta con evidencia para confirmar los efectos propuestos.
Es necesaria mayor investigación para determinar si los diferentes alimentos tienen efectos benéficos y las dosis en que estos compuestos bioactivos deben ingerirse, así mismo si el efecto es similar en las diferentes etapas del desarrollo y en personas sanas o con algún proceso patológico.
Los alimentos funcionales, los productos alimentarios y los suplementos dietarios que proveen un posible beneficio fisiológico en el control o la prevención de enfermedades representan una oportunidad para el desarrollo de nuevos productos.
Especialistas en nutrición humana, ciencia y tecnología de alimentos, mercadotecnia, etc. investigan activamente los posibles efectos fisiológicos de los alimentos funcionales y el beneficio potencial en la prevención de enfermedades. Producto de esta investigación desde hace algunos años los tecnólogos en alimentos se encuentran formulando nuevos productos que permitan un futuro más saludable para la humanidad.
Patrones De Conducta Alimentaria en el Desayuno Y Lonche Escolar
¿Es Un Factor Susceptible Para El Desarrollo De La Obesidad?
MSP. Edna Judith Nava González, NC.Profesor de la Facultad de Salud Pública y Nutrición, UANL.enava@faspyn.uanl.mx
La obesidad representa un importante problema para la sociedad por diversos motivos; la morbi-mortalidad que representa, su coste económico y su interrelación con factores sociales, laborales y culturales.
Para hablar de obesidad se parte del acuerdo básico de que la ganancia de peso, como reflejo de almacenamiento de energía, es el resultado positivo entre la ingesta y el gasto, y que la regulación de ambos es compleja, donde influyen sistemas neuronales que reciben señales del aparato digestivo, sistemas hormonales, experiencias cognitivas junto con influencias ambientales (disponibilidad alimentaria, estilo de vida y razones socioculturales.)
Se sugiere que el comienzo de la alimentación no está necesariamente asociado a necesidades energéticas inmediatas, sino a otros factores (hábitos, situaciones, aprendizajes, factores sociales y hora del día, etc.) que pueden poner en marcha el proceso de alimentación. En la finalización de la comida, los factores cognitivos se suman a las señales de saciedad originadas en el aparato digestivo e incluso a las señales del tejido adiposo; es decir, que se consumen alimentos en función de su disponibilidad y del modo de vida, y la regulación energética ocurre a través de la modulación de la ingesta para mantener los depósitos energéticos.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes se incrementa día a día dramáticamente en los países desarrollados y también en muchos en vías de desarrollo.
La magnitud de este problema es preocupante principalmente para los países industrializados ricos, cuyas poblaciones tienen fácil acceso a una provisión inagotable de comidas relativamente poco caras, sabrosas y de alto contenido energético. En general a medida que aumenta la prosperidad de un país también se incrementa la prevalencia de sobrepeso y obesidad, si bien en los países ricos, la mayor tasa de obesidad la presentan las clases sociales más humildes.
Dentro de los factores de riesgo asociados a la obesidad infantil y juvenil incluyen los relacionados con la conducta, en donde existen patrones de comportamiento (hábitos de seleccionar y consumir determinados tipos de alimentos), asociados a un mayor riesgo de obesidad.
Debe considerarse que existen diferentes caminos que conducen a la obesidad, a través de una variedad de escenarios nutricionales; así mismo también existen individuos predispuestos variando en su susceptibilidad a diferentes ingestas dietéticas. Por ejemplo en adolescentes se observa una tendencia a la pérdida de peso y/o tratamientos dietéticos (especialmente en las mujeres), determinando éste el patrón de comidas (omisión de desayuno, por ejemplo).
Importancia del desayuno en la salud
Como su nombre lo indica, el desayuno es la primera comida (sólida o líquida) que se utiliza para interrumpir el ayuno nocturno. Generalmente, se ingiere en las primeras horas del día y su contenido en alimentos varía de acuerdo a los diferentes hábitos alimentarios individuales y poblacionales. Para su determinación, en lo que respecta a horarios, lugar de consumo, composición energética y nutricional, selección de alimentos y preparaciones, intervienen varios factores con distinta importancia: biológicos, psicológicos, socioculturales, económicos, educativos y geográficos.
Se recomienda un desayuno con un aporte calórico no menor del 20 a 25% del total diario ingerido en la dieta. Sin duda, una variedad y equilibrio de macro y micronutrimentos, optimizará sus efectos beneficiosos para la salud. Según Ortega y cols., el desayuno debería contener porciones de al menos 3 de los 5 grupos de básicos de alimentos. Concretamente debería aportar lácteos, cereales y fruta. Se ha observado que la ración del desayuno contribuye de manera significativa el equilibrio nutricional de la alimentación, mejorando la distribución de la ingesta energética a lo largo del día, el perfil nutricional de la dieta y el aporte de micronutrientes.
En España, los estudios de alimentación preescolar que hacen referencia a la distribución del aporte energético diario de las principales comidas, concluyen que resulta bajo en el desayuno y la cena, y demasiado elevado en la comida del mediodía y la merienda.
En el periodo escolar, el niño desarrolla un tipo de alimentación más independiente del medio familiar que en el preescolar. Suelen desayunar rápida y escasamente y muchos comen en el colegio.
Investigaciones recientes indican una disminución en el consumo del desayuno, particularmente entre púberes y adolescentes (más en los jóvenes). Aunque existen diferencias de criterios con respecto a sus posibles factores causales, algunos la atribuyen a cambios conductuales y otros a cambios producidos en los modelos sociodemográficos.
Influencia del Desayuno en la Obesidad Infantil y Juvenil
Una de las alteraciones más frecuentes de los hábitos alimentarios de las adolescentes son las irregularidades en el patrón de las comidas.
En investigaciones realizadas en obesos escolares se comprobó que las niñas y mujeres jóvenes omiten con más frecuencia el desayuno. Se ha observado también que el valor energético del desayuno está inversamente relacionado con la adiposidad. Los niños con sobrepeso comían menos en el desayuno y más en la cena que los de peso normal, aunque no se registró diferencias estimables en la ingesta calórica total diaria de alimentos.
Otros estudios han sugerido que no desayunar ocasiona cambios metabólicos que pueden tener un efecto negativo en el control del peso. Sin duda, los niños con obesidad tienen menos hábitos satisfactorios de desayuno que los no obesos.
Esto lleva a reflexionar sobre la totalidad de la dieta: que sea menos adecuada; y considerar que es posible que un inadecuado desayuno contribuya a hacer pobres (nutricionalmente hablando) elecciones de alimentos en el resto del día y, a largo plazo, a incrementar el riesgo de obesidad.
En resumen, dada la asociación entre obesidad con menor frecuencia de consumo de desayuno y el incremento de obesidad entre los niños y jóvenes, se debe renovar el énfasis en la importancia de esta comida en la salud.
Calidad del Desayuno y Obesidad
El perfil energético del desayuno en los niños y adolescentes obesos es más desequilibrado que en los niños de peso normal.
En un reciente estudio, Maffeis y cols (2000) analizaron la influencia de la ingesta nutricional, el reparto de las comidas y la obesidad de los padres en la adiposidad en un grupo de 530 niños de 7 a 11 años. El estudio concluía que la composición nutricional de la dieta no explicaba las diferencias de sobrepeso y obesidad en niños cuando se tenía en cuenta el sobrepeso de los padres; no obstante, el porcentaje de la distribución de la ingesta energética a lo largo de las distintas comidas, y en particular una cena copiosa y un desayuno frugal, contribuían a explicar la variabilidad interindividual del exceso de tejido graso en niños y niñas. Una anterior revisión de Bulliste y cols, apuntaba, sin embargo, a que el efecto del reparto energético a lo largo del día tenía más que ver con efectos sobre la ingesta que sobre los mecanismos fisiológicos.
En un estudio realizado entre niños obesos y no obesos, se observó que los primeros consumían menos energía en el desayuno y más en la cena, que los no obesos; más aún, el valor final energético del desayuno y la merienda estaba inversamente relacionado con su corpulencia. Los investigadores sugirieron una posible contribución de alteración metabólica y/o del ciclo diario conductual en el desarrollo del peso.
En investigaciones sobre el poder saciedad postpandrial de alimentos ricos en grasa, se observó su débil acción en este sentido (en obesos y delgados), considerando su elevado contenido energético con respecto a los hidratos de carbono. Estos estudios sugirieron que el sistema de control del apetito puede tener débiles mecanismos inhibitorios para evitar el sobreconsumo pasivo de dietas grasas. Esto conduciría a un balance energético positivo y a una gradual subida del índice de masa corporal.
El índice glucémico de los alimentos y sus efectos agudos sobre el metabolismo energético, y la ingesta voluntaria de alimentos en adolescentes obesos fue investigado por Ludwing y cols. en 1999. Los cuales concluyeron que la rápida absorción de glucosa después de consumir alimentos con alto índice glucémico induce a una secuencia de cambios metabólicos y hormonales, que promueven una excesiva ingesta de alimentos en los obesos. Serán necesarios estudios adicionales para relacionar el índice glucémico y la regulación del peso corporal a largo plazo.
Desayuno y Control de Peso
El no desayunar se ha vuelto una costumbre bastante común, particularmente entre personas que quieren reducir su peso. Cuando se piensa disminuir la ingestión de alimentos, para la mayoría de la población no desayunar es uno de los métodos más frecuentemente seleccionados y existen varias razones que explican este fenómeno. En primer lugar, se piensa que si se omite una comida obviamente se está reduciendo el consumo de energía, lo cual en teoría sería bueno para dicho objetivo. Por otra parte, por la mañana suele tenerse poco tiempo, haciendo del desayuno una actividad menos social en comparación de las otras comidas del día, y por ende, más fácil de evitar.
Al contrario de esta creencia popular, actualmente varios estudios demuestran que el consumo del desayuno puede ayudar a reducir o a mantener el peso corporal.
Cuando se desayuna, existen diversos factores que contribuyen a una mayor probabilidad de tener éxito si se trata de bajar de peso. Estos factores están relacionados con el efecto que tiene el desayuno sobre el hambre y el consumo de alimentos durante el resto del día, a la proporción de los nutrientes en el consumo diario, a posibles cambios en el ciclo metabólico y a efectos positivos en la actitud psicológica.
Otros estudios han demostrado un efecto positivo del consumo del desayuno para bajar de peso sin definir específicamente su mecanismo; sugieren, sin embargo, que no desayunar ocasiona cambios metabólicos que pueden tener un efecto negativo en el control de peso.
En un estudio de niños franceses de 7 a 12 años de edad, que se dividieron de acuerdo a la distribución de su consumo diario de alimentos, se comparó dicho consumo entre 5 categorías de corpulencia, de delgados hasta obesos. No se encontró ninguna diferencia en el consumo energético entre las categorías pero si se observó diferencia en la manera que distribuyeron su ingestión de energía. Los niños obesos consumieron menor energía al desayunar y más al cenar que los delgados. Los delgados consumieron proporcionalmente más energía al desayunar, lo que sugiere que el consumo de alimentos en el desayuno no contribuye tanto al almacenamiento de grasa en el organismo como podría ocurrir en el consumo de alimentos al final del día.
Según los resultados del estudio EnKid (1998-2000), al dividir el aporte calórico del desayuno en 4 categorías: 0%, 1-15%, 15-25% y más del 25% del aporte calórico diario total, en el que se observó dos fenómenos: 1. El IMC disminuye en ambos géneros al aumentar el porcentaje de calorías en el desayuno, siendo las diferencias más acusadas para los que no desayunan. 2. La prevalencia de obesidad es superior entre los que no desayunan o desayunan poco (1-15% del aporte calórico diario) que entre los que desayunan más abundantemente y la asociación es más acusada en varones que en mujeres.
Los resultados del estudio EnKid apuntan a una relación entre la omisión del desayuno y la obesidad, tal como se ha puesto de manifiesto en otros estudios revisados anteriormente. En general, el aporte energético y de nutrientes es inferior en niños y adolescentes obesos, no obstante, la densidad nutricional de estos últimos es netamente superior y el perfil nutricional es globalmente mejor, siendo el porcentaje de energía a partir de los hidratos de carbono muy similar entre ambas poblaciones. Por ello, la influencia del desayuno sobre la obesidad en ese estudio podría ser independiente del mayor aporte de hidratos de carbono que conlleva un desayuno completo y apoya a la teoría de que mejora el aporte energético a lo largo del día, disminuye la incidencia de obesidad.
En resumen, puede decirse que en los estudios existentes en donde se ha evaluado la reducción de peso en relación con el consumo de desayuno, se ha visto que dicha reducción es mayor en los grupos que sí desayunan en contraste con los que omiten esta comida diaria. En los demás estudios, en los que se ha determinado la pérdida real de peso en los sujetos, se han encontrado varias características conductuales que indican una relación importante entre desayunar y el éxito de mantenerse en programas para reducir o mantener el peso corporal.
Tomando en cuenta todo lo anterior, se puede concluir que por razones diversas, el hábito de desayunar regularmente debe ser parte indispensable de cualquier régimen dietético para el control del peso, tanto en la infancia como en la edad adulta, y en cualquier parte debe evitarse la omisión del desayuno para este fin.
Estrategias Para La Adherencia en el Tratamiento De La Obesidad
Dr. Eduardo García García
Introducción:
Los principios generales del tratamiento de la obesidad comienzan a estar claramente definidos (Figura 1). Distintos resultados muestran que las estrategias implementadas en estudios controlados son eficaces para reducir el peso de los sujetos obesos de manera que se obtiene una disminución del desarrollo o prevalencia de las comorbilidades de la obesidad. Desafortunadamente esta perdida de peso suele ser transitoria, con recuperación de los kilogramos perdidos una vez que la intervención concluye. Además queda la impresión de que lo que se entiende como un éxito para los médicos y nutriologos, la perdida de 5 a 10% del sobrepeso y la disminución de comorbilidades, no resulta ser suficiente para la mayoría de los pacientes quienes tienen además de las expectativas de salud, metas estéticas que casi nunca son alcanzadas
Todo esto ha llevado a central la atención de numerosos investigadores en el complejo problema de la adherencia al tratamiento. Aún en los mejores escenarios, la adherencia al tratamiento de la obesidad esta lejos de ser la necesaria para resolver el problema en un gran numero de pacientes. Los resultados en estudios controlados con periodos de seguimiento de 12 a 24 meses muestran una permanencia dentro del estudio de entre 60 y 80%. Más difícil aún de estimar es el cumplimiento estricto de las indicaciones médicas de dieta y actividad física.
En resumen: parece claro que este escenario tiene que ser cambiado a través de una serie de acciones coordinadas que se inician en las propuestas médicas, pero que necesariamente tienen que ser sustentadas en el contexto social.
La obesidad como una enfermedad que se construye
Son innumerables las evidencias de que en las últimas décadas el ambiente que nos rodea se ha convertido en un ambiente obesogénico. Esté incide sobre una genética para el “ahorro” en tejido adiposo presente en la mayoría de los individuos y un sistema regulador del hambre saciedad que fisiológicamente esta desequilibrado en sus señales moleculares hacia la ingesta de alimentos que no son consumidos y que requieren de ser almacenados. Este fenómeno, en un proceso cotidiano, va dando lugar a “la construcción de la obesidad” (fig 2)
La obesidad como un problema biopsicosocial
Lo anterior ha llevado a la necesidad de comprender la obesidad como un problema biopsicosocial. Sin minimizar el papel de la genética del individuo que predispone en menor o mayor grado al desarrollo de la obesidad, tiene que quedar claro el papel de lo social y lo psicológico que resulta ser determinante para la expresión de esta genética. Esto lleva a la necesidad de hacer un diagnóstico del paciente obeso que incluya estos aspectos, con el fin de recomendar estrategias que mejoren las posibilidades de éxito del individuo. (fig 3)

El paradigma actual del tratamiento de la obesidad
El paradigma que se ha seguido en la mayoría de las intervenciones médicas hace propuestas que sólo incluyen cambios en el paciente. Se le propone así, aumentar su actividad física, organizar y reducir el consumo de alimentos y con frecuencia se incluye algún intervención para facilitar el proceso de pérdida de peso. Esta intervención va de desde los reemplazos de alimentos, pasa por el uso de fármacos y llega en los casos de obesidad mórbida a la propuesta de cirugía baríatrica.
Las evidencias acumuladas con esta estrategia muestran con claridad el efecto aditivo que sobre la eficacia tiene, el sumar intervenciones. Los trabajos de Wadden y cols. (figura 4) han documentado en diversos programas estos resultados, dejando así sentada la evidencia que da sustento a la mayoría de los programas para el tratamiento de pacientes obesos de manera estructurada.

En espera de la construcción de un ambiente antiobesogénico
Estamos lejos de contar con tratamientos satisfactorios para resolver el problema de salud pública que representa la obesidad. Para el tratamiento del individuo obeso en los últimos años se ha venido desarrollando una serie de estrategias y apoyos que mejoran la adherencia al tratamiento. Además de la intervención de un equipo multidisciplinario, las facilidades para que el paciente cumpla con el proceso de cambio de estilo de vida han venido creciendo (figura 5).

Comer O No Comer: Un Conflicto Entre La Creación Y La Cultura: A Resolver Por Los Médicos
“…y la historia parece comenzar cuando un sistema fue capaz de transformar la energía inorgánica en orgánica”
Julio C. MonteroMédico nutricionista.Docente universitario.Universidad de Buenos Aires.Vicepresidente para Sudamérica en la International Association for Study of Obesity (IASO).Director de la Escuela Postgrado de Obesidad de la Asociación Médica Argentina.Presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad (FLASO) 1999-02.
La sobrevivencia de los organismos depende de su capacidad de adaptarse a un medio que cambia constantemente. La premisa termodinámica que debe cumplirse inexorablemente es que el ingreso energético debe igualar al gasto, lo que exige un aporte constante de energia desde el medio o desde los depósitos.
Pero si es cierto que el medio cambia constantemente no lo es menos que tambien lo hace el individuo, y el requerimiento energético con ello. La adaptación a esta variabilidad se consigue gracias a los sistemas de control que están modelados en respuesta adaptativa a la información aportada por la herencia biológica y por factores ambientales. La elasticidad de este sistema permite la vida en condiciones muy dispares, como a los esquimales Inuit y a los bosquimanos !Kung que obtienen el 95% de la energía a partir de fuentes animales, tanto como los Quechuas de las alturas peruanas lo hacen en idéntica proporción a partir de vegetales.
La leptina es un ejemplo de las numerosas señales que conforman estos tambien numerosos sistemas. La leptina podría ser un censor del estado de nutrición materno que condicione la capacidad de respuesta futura en la descendencia. Lo sugieren la tendencia a la obesidad en respuesta a la desnutrición energética durante el embarazo o la menor concentración de leptina para igual masa grasa en los adolescentes que cuando niños fueron alimentados con leche humana (1) (2).
En momentos críticos del desarrollo la leptina modula en el núcleo arcuato los impulsos neuronales y su crecimiento hacia el núcleo paraventricular. Justamente mecanismos de este tipo posibilitaron sobrevivencia en condiciones adversas, si bien se convirtieron en inadecuados y hasta riesgosos cuando estas condiciones se modificaron. Así se explica que poblaciones de diferente genética e igual ingesta de grasas difieran en su composición corporal al igual que lo hacen otras con genética similar y diferencia en las grasas ingeridas (3). En este caso la adiposidad podría reflejar la cantidad de grasas en la alimentación ya que nuestros ancestros paleolíticos ingerían la mitad que el hombre moderno y la obesidad era una rareza (4).
Estos condicionantes genéticos y ambientales determinan que un individuo predispuesto a la delgadez tenga menos peso y tendencia a ganarlo que uno predispuesto a la obesidad, aun viviendo en el mismo medio (5). La fuerza de la interacción genético ambiental se manifiesta en la obstinada defensa de la composición corporal demostrada por el estudio de los prisioneros de Vermont a quienes les fue imposible mantener el peso ganado voluntariamente. Robustos mecanismos soportan la defensa; entre ellos los sistemas opioide, dopaminérgico y serotoninérgico dando apoyatura a las afirmaciones: “eres lo que comes” y “somos lo que comieron nuestros ancestros” (6).
Desde tiempos remotos la composición corporal y la alimentación se han relacionado con la calidad y duración de la vida. En la obesidad se producen cambios cuanti y cualitativos en los distintos territorios adiposos que van enfermando a medida que se van abarrotando de triglicéridos, una verdadera “adiposopatia”, según el concepto de R. Defronzo, sobre la que descansan los mecanismos fisiopatológicos de la obesidad y el de sus asociaciones metabólicas.
Resultados experimentales y estudios poblacionales señalan que la pérdida de peso y la alimentación restringida se asocian con longevidad. De allí, dominar el comer –o el no comer- parece clave. Para conseguirlo se han propuesto innumerables dietas a cuya práctica se oponen porfiadamente los mecanismos que defienden la composición corporal, habida cuenta que la necesidad ha obligado hasta a amputar porciones del tubo digestivo para controlar el hambre.
Ingenuamente tratamos de “convencer” a la Evolución olvidando las burlas que le ha deparado al ego científico. Basta recordar que la esperanza de aumentar la leptinemia para terminar con la obesidad fue desvastada por la comprobación de leptino-resistencia, preservadora del apetito y de un inconveniente cambio en la relación oxidación / depósito de los ácidos grasos (7).
El frondoso y complicado sistema regulador del balance energético se erige en torno a sus dos pilares: el del comer (NPY-Agrp) y el del no comer (POMC).
Sin embargo no siempre las diferencias alimentarias son las responsables de las diferencias en la composición corporal. Ratones carentes del receptor melanocortinérgico 3 tienen mayor peso y menor movilidad espontánea, semejandose a lo que refieren algunos pacientes mientras que experiencias alimentarias precoces pueden modular la población de receptores hipotalámicos MC4 (8) (9). Más sorprendente suena la capacidad de programar hiperinsulinismo en la descendencia cuando los progenitores han sido sometidos a alimentación hiperhidrocarbonada (10).
Desestimando estos mecanismos, los médicos proponemos sistemáticamente controlar consciente y voluntariamente el balance energético. Este dislate no presupone que recomendaciones “corticalmente lógicas” sean “hipotalámicamente inaceptables”. Nuestra “sabiduría” desconoce que nuestras recomendaciones van a contramano de lo que inculcó la Evolución. O tal vez, no sea así y todo se deba a que somos vulgares “adictos” a mantener una hedónica concentración de dopamina, serotonina, canabinoides y opioides.
Pretender que los consejos cambien definitivamente las preferencias y los mecanismos que les subyacen revela ingenuidad y una propuesta casi rayana con lo mágico: como si las leyes de la termodinámica fueran la causa y no la expresión de un evento.
Los nutricionistas deberíamos considerar más a la Naturaleza. De no, seguiremos proponiendo tratamientos que desencadenan comportamientos y respuestas resistentes –y a veces opuestas- a los deseos y necesidades de nuestros pacientes y a las sabias indicaciones de sus médicos.
Referencias
McMillen C et al. Regulation of leptin synthesis and secretion before birth: implications for the early programming of adult obesity. 2006. ISSN 1470-1626 (paper) 1741-7899 (on line).
Singhal A, Farooqi S, et al. Am J of Clin Nutr 2002;75:993-9.
Bray GA and Popkin B. Am Jour of Clin Nutr 1998;68:1157.
Leaf and Weber. Am J of Clin Nutr 1987;45:1048-53.
Swinburn B. Influencig obesogenic environments to reduce obesity prevalence. Progress in Obesity Res:9 2003:54-58.
Leonard WL. Scientific American 2002:108-115.
Marx J. Cellular Warriors at the Battle of the Bulge.Science 2003 299: 846-849
Alfred J. The mouse that eats less but gains weight. Nature Reviews 2000;1:7.
Harrold J et al. Journal of Neurochemistry 2000;74:1224-28.
Patel MS and Srinivasan M. Metabolic Programming: causes and consequences.The Journal of Biochemistry 2002;277:1629-32.

Nutrición y Cáncer

Dr. Publio Ayala GarzaServicio de GastroenterologíaHospital San José-Tec de Monterrey.

Introducción: En México, a partir de la década de 1990, las enfermedades oncológicas ocupan la segunda causa de mortalidad en la población general, después de las enfermedades cardiovasculares. En este resumen trataré de reunir la información actual acerca de la relación que existe entre la alimentación y los principales tipos de cáncer en los países de occidente, mencionando aquellos factores dietéticos que aumentan el riesgo de cáncer así como los factores de la alimentación que pudieran tener efectos protectores contra esta enfermedad.
Consumo excesivo de energía y balance energético: Consumir demasiada energía es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar un cáncer. En este sentido la altura y el peso son los principales indicadores del balance entre el consumo y el gasto de energía de tal modo que demasiada altura en los adultos es un indicador indirecto de sobrealimentación durante la infancia y la adolescencia, mientras que el sobrepeso en los adultos refleja un consumo excesivo de energía en los adultos. Cuando se realizan comparaciones en diferentes países, se ha observado que la altura de las mujeres adultas se asocia con el riesgo de cáncer de mama. El balance positivo de calorías que lleva a la acumulación de grasa corporal en la edad adulta es un factor de riesgo bien establecido para desarrollar varios tipos de cáncer. La obesidad se considera como un factor de riesgo para cáncer de mama, endometrio, ovarios, colon, vesícula biliar, estómago, esófago, hígado, páncreas, riñón y próstata. Otro componente importante en el balance energético es la actividad física. Se ha demostrado que el ejercicio físico moderado puede disminuir el riesgo de varios tipos de cáncer. Existen evidencias convincentes que la actividad física está asociada a una disminución del riesgo de cáncer de colon y de mama.
Grasas y carne roja: La hipótesis de que el consumo de grasa posiblemente se relaciona con cáncer está basada en la gran variación internacional del cáncer de mama, colon, próstata y endometrio, lo cual aparentemente se asocia directamente con la cantidad de grasa consumida por las diferentes poblaciones. En la mayoría de los estudios de cohorte en donde se ha medido el consumo de grasa dietética antes de aparecer el cáncer de mama, no se ha encontrado asociación con el consumo de grasa en la alimentación. Existen evidencias que señalan que el tipo de grasas en la alimentación puede ser más importante que el consumo total de grasas en cuanto al riesgo de cáncer de mama. El cáncer de colon también se ha asociado al consumo de grasa de origen animal y carne roja. El alto consumo de carnes rojas y carnes procesadas, en la mayoría de los estudios prospectivos, se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer de colon. El cáncer de próstata se ha relacionado al consumo de grasa en numerosas investigaciones. En algunos estudios, la asociación de esta neoplasia se ha encontrado con el consumo de grasa saturada de origen animal, mientras que existen algunas evidencias que el consumo de pescado puede tener efecto protector contra este cáncer.
Frutas y verduras: Más de 200 investigaciones han demostrado que el consumo de frutas y verduras pueden prevenir el cáncer. En 1997, una revisión realizada por the World Cancer Research Fund y the American Institute for Cancer Research, concluyó que existen evidencias convincentes que el consumo de frutas y verduras disminuye el riesgo de cáncer de boca, faringe, esófago, pulmones, estómago, colon y recto; y que probablemente disminuyen el riesgo de cáncer de laringe, mama, páncreas y vejiga.
Lácteos: Las evidencias disponibles sugieren que el consumo de leche y productos lácteos pudiera aumentar el riesgo de cáncer de próstata, ovario y riñón, aunque también existen algunas evidencias que pudiera disminuir el riesgo de cáncer de colon. Estudios de caso-control han reportado que el consumo de lácteos se asocia fuertemente a un mayor riesgo de cáncer de próstata, aunque en los estudios prospectivos los resultados son menos consistentes. Algunos estudios de caso-control han reportado que el consumo frecuente de leche, yogur y queso se asocia a un aumento en el riesgo de cáncer de ovario, lo cual se ha reportado también en varios estudios prospectivos, incluyendo the Nurses’ Health Study y the Iowa Women’s Health Study.
Fibra dietética: A principios de los 1970s el Dr. Denis Burkitt publicó sus observaciones de la baja incidencia de cáncer de colon y enfermedad cardiovascular en ciertas poblaciones de África lo cual asociaba a una dieta rica en fibra y alimentos vegetales con mínimo procesamiento. La mayoría de los estudios prospectivos han fallado en demostrar que la fibra disminuya el riesgo de cáncer de colon. Estudios de intervención donde se han utilizado suplementos de fibra tampoco han reportado resultados benéficos para disminuir el riesgo de adenomas colorectales. Aunque es difícil delinear el efecto asociado a la fibra dietética de otros componentes de los vegetales con potencial anticarcinógeno, los investigadores piensan que la fibra por si sola no tiene efectos benéficos, sino cuando se consume como parte de los alimentos enteros junto con otros nutrientes como vitaminas minerales y fitoquímicos, los cuales trabajan todos en conjunto.
Cereales de grano entero: Aunque ha habido relativamente pocas investigaciones enfocadas en el papel de los cereales de grano entero en el riesgo de enfermedades crónicas, existen suficientes evidencias que sugieren que el consumo de cereales de grano entero disminuye el riesgo de cáncer. La consideración colectiva de todos estos estudios sugiere que el efecto de los granos enteros depende del grado de refinamiento por lo que se vuelve importante insistir a la población que consuma los cereales con el menor procesamiento posible, lo cual es evidente que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer, mientras que el consumo de cereales refinados se asocia a un mayor riesgo de estas mismas.
Alcohol y bebidas con cafeína: Existen evidencias epidemiológicas que el consumo excesivo de alcohol, es un factor de riesgo bien establecido de cáncer de cavidad oral, laringe, esófago, hígado, mama y colon. Se han realizado numerosos estudios para comparar el efecto de los diferentes tipos de bebidas alcohólicas encontrándose que es la cantidad de alcohol consumido y no el tipo, lo que influye en el riesgo de cáncer. El café contiene una mezcla compleja de más de mil sustancias químicas, algunas de las cuales se han descrito con propiedades mutagénicas por lo que se presume podría ser una causa significativa de cáncer en los humanos. Se han realizado estudios para determinar si el café aumenta el riesgo de cáncer de páncreas, pero los resultados no son consistentes. Estudios epidemiológicos han reportado relación del consumo de café con cáncer de vías urinarias. Una revisión reciente reportó que el consumo excesivo de café puede aumentar discretamente el riesgo de cáncer de vías urinarias. El café también se ha relacionado a cáncer gástrico, pero a través de investigaciones que han buscado esta asociación, no se ha demostrado que el café tenga efectos adversos que pudieran desencadenar cáncer de estómago. Por otro lado, el consumo de café se ha relacionado en modo inverso con cáncer colorectal, aunque los resultados de las investigaciones recientes no son consistentes. El té verde, con sus propiedades antioxidantes reconocidas, se ha asociado con beneficios para la salud incluyendo la prevención de enfermedades cardiovasculares y cáncer, aunque los estudios en humanos los resultados han sido contradictorios.
Suplementos de vitaminas y minerales: Se han realizado numerosas investigaciones pero, hasta la fecha, no existen evidencias convincentes que el consumo de suplementos de vitaminas y minerales pueda disminuir el riesgo de cáncer en la población general. Algunos grupos específicos de la población, como los ancianos, vegetarianos puros, alcohólicos o con alguna enfermedad en especial, pueden beneficiarse de un suplemento de vitaminas y minerales.
Conclusiones: Las evidencias científicas disponibles nos permiten afirmar que la alimentación ideal para la prevención del cáncer y otras enfermedades crónicas debe tener las siguientes características: Debe ser abundante en alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, cereales integrales y legumbres; Debe incluir en cantidad moderada nueces, semillas, carnes blancas, huevos y lácteos descremados. Debe ser limitada en carnes rojas, carnes procesadas, cereales refinados, lácteos enteros, azúcares y sal. Aquellas personas que toman bebidas alcohólicas se aconseja hacerlo solamente con moderación.
Bibliografía
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Fairfield KM, Fletcher RH. Vitamins for chronic disease prevention in adults. JAMA 2002;287:3116-3126.

sábado, 8 de diciembre de 2007

New Alternative Prostate Cancer Treatments

The October issue of the journal of Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention suggests that prostate cancer may respond quickly and markedly to significant changes in weight and diet. The report found that dramatically cutting back on dietary fats and carbohydrates actually alters the levels of genes in prostate tissues that can potentially regulate cancer growth.Strikingly, the changes occurred after four of the men spent just six weeks on a low-fat, low-carb diet, said Dr. Daniel Lin, assistant professor of urology at the University of Washington and the paper's lead author.Many recommend tomatoes and tomato products to help protect against prostate cancer along with fresh organic fruit and vegetables, brown rice, vitamin A, D, E and Selenium. You should omit dairy products and fatty meats.
Editor’s notes: We have just introduced our new enhanced prostate formula with the addition of 70 micrograms of selenium, an important ingredient in supporting prostate health .More good news… the new improved formula is priced at the same low price as the earlier formula. Get ProstateCare pricing details here
More on prostate cancer...
Nearly a quarter-million American men each year are diagnosed with prostate cancer and many more are diagnosed with BPH (Benign Prostatic Hyperplasia) or Prostatitis; an inflammation of the prostate. Prostate Cancer and BPH used to be diseases of old age and was usually diagnosed around the age of 80. Today, prostate cancer is now being diagnosed in men as young as 55.Symptoms of prostate cancer and BPH are similar:Urinary problems including:
Not being able to urinate.
Difficulty in starting urination
Having a hard time starting or stopping the urine flow.
Needing to urinate often, especially at night.
Weak flow of urine Urine flow that starts and stops.
Pain or burning during urination.
Blood in the urine or semen.
Frequent pain in the lower back, hips, or upper thighs.
Conventional Prostate Cancer Treatment:
Surgery to remove the prostate, surrounding tissue and lymph nodes in the pelvis.ChemotherapyRadiation therapy that uses radiation to kill cancer cells or keep them from growing. There are two types of radiation therapy. External radiation therapy uses a machine outside the body to send radiation toward the cancer. Internal radiation therapy uses a radioactive substance sealed in needles, seeds, wires, or catheters that are placed directly into or near the cancer.
Impotence and urinary problems may occur in men treated with radiation therapy.
Hormone therapy used in the treatment of prostate cancer may include the following:
Luteinizing hormone-releasing hormone agonists can prevent the testicles from producing testosterone.
Anti-androgens can block the action of androgens (hormones that promote male sex characteristics).
Orchiectomy is a surgical procedure to remove one or both testicles, the main source of male hormones, to decrease hormone production.
Science Daily on October 10, 2007 reported the risks of hormone therapy — The use of androgen deprivation therapy to treat localized prostate cancer is associated with an increased risk of death from heart disease, according to a study published online October 9 in the Journal of the National Cancer Institute. The use of androgen deprivation therapy can also lead to the development of metabolic syndrome, which increases both the risk of type II diabetes and coronary artery disease.
If you are concerned about the possible effects of conventional treatments consult with your physician and discuss the alternatives using natural methods such as a change in diet or perhaps our top selling prostate careLearn More About Prostate CareRelated Topics
Free Prostate Book by Roger Mason
Research Shows Broccoli and Tomatoes prevent Prostate Cancer Better than Medicine
One in Three Men past the Age of Forty will Develop Prostate Problems
Prostate Awareness & Your Health
Published Research about the Benefits of Beta-Sitosterol
Slow Prostate Cancer with Lycopene
Fishing May Reduce Your Risk of Prostate Cancer by 43%
Prostate Report
FAQ for HealthyChoiceNautrals Prostate Care
Men: Are Your Estrogen Levels Stealing your Manhood

New Alternative Prostate Cancer Treatments

The October issue of the journal of Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention suggests that prostate cancer may respond quickly and markedly to significant changes in weight and diet. The report found that dramatically cutting back on dietary fats and carbohydrates actually alters the levels of genes in prostate tissues that can potentially regulate cancer growth.Strikingly, the changes occurred after four of the men spent just six weeks on a low-fat, low-carb diet, said Dr. Daniel Lin, assistant professor of urology at the University of Washington and the paper's lead author.Many recommend tomatoes and tomato products to help protect against prostate cancer along with fresh organic fruit and vegetables, brown rice, vitamin A, D, E and Selenium. You should omit dairy products and fatty meats.
Editor’s notes: We have just introduced our new enhanced prostate formula with the addition of 70 micrograms of selenium, an important ingredient in supporting prostate health .More good news… the new improved formula is priced at the same low price as the earlier formula.

domingo, 14 de octubre de 2007

Las maravillas del Resveratrol

Resveratrol May be The Most Powerful Antiaging Supplement Discovered in the Last Decade
Resveratrol may be the answer to the long-sought after goal of extending the healthy human life span. Numerous studies have been conducted on the possible health benefits of Resveratrol. Recent findings are being hailed as groundbreaking by scientists who study aging, including:

Resveratrol has been proven to fight cancer in vitro at all three stages: initiation, promotion and progression.

Resveratrol has been found to be the first molecule to delay the aging process across a vastly diverse array of organisms.

Adding Resveratrol to the diets of fruit flies, worms, yeast and a species of fish increased their life spans by 70%, 29%, 24%, & 50%, respectively.

Resveratrol inhibits blood platelet aggregation which can lead to dangerous clots that cause heart attacks and strokes.

Mice that were fed Resveratrol in their diet had 100% more endurance than mice not fed Resveratrol (i.e., they were able to run twice as long on a treadmill).

Resveratrol made fat-related deaths drop 31% in obese mice. The Resveratrol-fed obese mice also performed much better in movement and agility tests than obese mice not fed Resveratrol.

Resveratrol is a powerful antioxidant that can help prevent cell damage caused by free radicals (free radicals are unstable atoms caused, in part, by pollution, sunlight, and our bodies' natural burning of fat that can lead to cancer, aging, and brain degeneration).
Resveratrol and Your Longevity Four separate longevity studies conducted using Resveratrol demonstrated significant enhancements to life spans. Resveratrol appears to work as a powerful antioxidant, helping to quench free radical damage in the body. It has a unique mechanism of action that may prove to have significant life extending properties. Resveratrol also appears to protect DNA from free radical damage and can play an important role in protecting cells from malignant transformation.
One of our fastest selling new products is Tropical Extreme™. It contains 50mg of Resveratrol plus five tropical fruits that are generally only available in expensive juice products. These are fruits you may have heard about because of their unique health properties, including Mangosteen, Acai Berry, Noni, Pomegranate and Goji. You get all these natural wonders, plus 50mg of Resveratrol for about the cost of a month’s supply of Resveratrol alone. Order a bottle or two, and see for yourself why everyone is raving about these rare and wonderful fruits. Enjoy our no risk ordering and our 90 day money back guarantee! Get the facts now!

sábado, 29 de septiembre de 2007

POSTURA Y TIPS AL USAR LA COMPUTADORA


por :Sofía Montoya
¿Después de utilizar la computadora siente cansancio visual o muscular, dolor de cabeza y espalda u otros malestares corporales? Si respondió sí, debe saber que esta condición es muy común en quienes trabajan mucho tiempo con esta herramienta, pero también es posible evitar problemas si se siguen sencillas medidas.
Cualquier estudiante, secretaria u oficinista moderno sabe que gran parte de las labores que se realizan en cuanto a procesamiento de información y textos dependen casi exclusivamente de la computadora, instrumento que a pesar de ser relativamente nuevo es cada vez más común en nuestros días.
Muchos usuarios caen en abuso o mal empleo, y ello repercute en forma negativa en manos, ojos, cuello y espalda, pues piensan que estar sentados durante horas no representa un esfuerzo para músculos, articulaciones y sentido de la vista, sin darse cuenta que los movimientos repetitivos y las malas posturas atrofian lentamente el buen funcionamiento corporal.
La prueba de lo errado de nuestros conocimientos llega después de permanecer varias horas frente a la Mac o PC, justo cuando nos invaden todo tipo de dolencias de origen "desconocido", o cuando nuestros ojos lucen cansados e irritados, incapaces de enfocar adecuadamente objetos lejanos.
Cabe decir que estos problemas no suelen ser muy graves y, por lo general, se solucionan sin uso de medicamentos, pero sí son molestos y pueden interferir en nuestro desempeño cotidiano. No se aflija, que para evitar incomodidades basta con llevar a cabo algunos cambios en la postura, modificar hábitos y acondicionar el lugar de trabajo de manera adecuada, tal como le mencionamos a continuación.
Buen mobiliario
Las malas posturas representan aproximadamente 75% de las lesiones generadas al trabajar con la computadora, y en gran medida los dolores de espalda o cuello, así como problemas en la columna vertebral derivados de lesiones en ligamentos, vértebras y discos, pueden deberse al uso de muebles inadecuados para labores de oficina y escolares.
Empero, cabe señalar que aunque ya es de dominio general que existen sillas y mesas ergonómicas, es decir, diseñadas en armonía con la anatomía humana y especiales para trabajar en computadora, se debe ser cuidadoso en la elección para no adquirir muebles que no se adapten a las necesidades particulares. Por ello, al elegir una mesa:
Procure que sea resistente y estable. Compruebe que soporte el peso del equipo y de cualquier persona que se apoye sobre alguno de sus bordes.
Cerciórese de que tenga suficiente espacio para colocar todo el material de trabajo requerido. Se recomienda una medida mínima de 120 x 90 centímetros.
Considere que también debe contar con espacio interior suficiente (60 centímetros de ancho y 65 o 70 de profundidad) para evitar que las rodillas choquen o que las piernas se encuentren limitadas en sus movimientos.
También tome en cuenta que el mueble debe ser de altura regulable, de preferencia entre 65 y 75 centímetros.
Las mesas a las que no se pueda modificar la altura deben despegarse del piso unos 75 centímetros, y para compensar esta falta debe utilizarse una silla que sí pueda ajustarse.
Prefiera mesas en color claro y mate para mejorar la iluminación
En cuanto a la silla, observe que:
Sea estable. En vez de las cuatro patas convencionales, elija las sillas con cinco apoyos y ruedas antideslizantes, las cuales evitan desplazamientos involuntarios.
Pueda graduarse su altura. Debe permitir que los pies se apoyen en el piso y, en el caso de personas de baja estatura o niños, es aconsejable utilizar las que cuentan con reposapiés, el cual, además, evita la comprensión de la circulación en los muslos.
Cuente con respaldo regulable en altura, profundidad e inclinación. Debe tener la forma de una "S" suave para que se adapte a la estructura de la espalda.
Los reposabrazos no son indispensables, pero de tenerlos su altura no debe obstaculizar la movilidad.
La base del asiento sea flexible, pero firme, con distancia suficiente entre el borde del asiento y la articulación de la rodilla, a fin de no generar presión en la zona y facilitar la circulación.
Los controles de ajuste de altura puedan manipularse desde la posición habitual de trabajo, sin que requieran demasiado esfuerzo para accionarlos.
Es preferible una tapicería que impida deslizarse, rugosa, que contribuya a mantener la postura correcta. Resulta mejor una que favorezca la transpiración.
Postura del cuerpo
Muchos médicos indican que el otro factor causante de dolencias musculares y problemas en la columna es la tensión. Difícilmente servirán de algo la mejor silla, un teclado hecho a la medida y una mesa regulable si el usuario trabaja ocho horas al día frente a la computadora en estado de estrés y forzando sus extremidades.
Por ello, es bueno que el diseño del liugar de trabajo y la posición corporal se conjuguen para disminuir sobreesfuerzos y trabajar o jugar lo más relajado posible. También se recomienda hacer pausas, estirar las piernas, cambiar de posición para no forzar los músculos de la espalda, relajar los hombros y destensionar el cuello.
Así, aunque cada individuo tiene preferencias personales, se coincide en señalar que la mejor postura al sentarse frente a la computadora se da cuando:
Los muslos permanecen horizontales y las pantorrillas verticales, formando un ángulo de 90º.
Entre el ángulo que forma la rodilla y el borde de la silla hay una distancia mínima de 10 centímetros.
Los brazos están verticales y los antebrazos horizontales, formando un ángulo recto desde el codo.
Antebrazos y manos se encuentran en línea recta, paralelos al piso.
Los codos tocan ligeramente el costado, pero no oprimen el tronco, y las muñecas se encuentran en una posición natural, sin flexionarse excesivamente.
Permanece recta la columna vertebral. Para ello, el tronco no debe flexionarse (evite inclinarse demasiado hacia sus costados, adelante o atrás) y la región baja de la espalda (lumbar) queda cómodamente recargada.
Se apoyan las plantas de los pies cómodamente en el piso. Si la silla es demasiado alta, utilice un reposapiés.
El cuerpo no queda aprisionado entre la silla y la mesa.
Finalmente, coloque al alcance de las manos el material que utiliza con frecuencia (libros, revistas, hojas, regla, pluma, lápiz, diccionario, etcétera).
Cuidado de los ojos
Otro de los grandes temores respecto al uso de esta herramienta tecnológica radica en los efectos que puede tener el monitor en el sentido de la vista, pues luego de fijar la vista en él durante varias horas se pueden presentar irritación y resequedad en los globos oculares, así como visión borrosa e incapacidad para enfocar.
Lo cierto es que el uso de la computadora, más que generar problemas, pone en evidencia los que ya existían pero no estaban diagnosticados, como astigmatismo (disminución de agudeza visual debido a la distorsión o irregularidad en la curvatura de la córnea), miopía (dificultad para observar objetos que se encuentran lejos) e hipermetropía (problemas para distinguir objetos de cerca).
Asimismo, cabe señalar que hay otros factores que crean dificultades a la vista; por ejemplo, la resequedad puede deberse a calefacción, aire acondicionado, mala iluminación, maquillaje o uso de lentes de contacto, y la irritación puede tener su origen en el agotamiento de los músculos del ojo, los cuales se cansan al mantenerse siempre en una sola posición o por no descansar adecuadamente, como ocurre con frecuencia a los estudiantes en periodo de entrega de trabajos finales: utilizan mucho más la computadora y duermen poco.
De esta manera, podemos citar los siguientes consejos respecto al cuidado de la vista mientras se usa la computadora:
Antes de trabajar en una computadora o al detectar problemas visuales luego de pasar muchas horas frente al monitor, es necesario someterse a una revisión oftalmológica.
Mantenga el monitor a 70 centímetros (un brazo de distancia) de su rostro, aproximadamente, y nunca a menos de 40. Trate de que permanezca a una altura levemente por debajo de la línea de visión normal. Además, su posición es frente al usuario, y no a un costado.
Trabaje con monitores con pantalla antirreflejante para evitar destellos molestos que restan legibilidad y obligan a constante acomodo de la visión.
Regule el brillo y contraste para adaptarlos a las condiciones del entorno.
Procure que la pantalla esté siempre limpia, pues las huellas digitales y suciedad también provocan reflejos y mayor esfuerzo ocular. Asimismo, si usa lentes de contacto o armazón, manténgalos siempre aseados para mejorar su visibilidad.
Nunca trabaje en una habitación a oscuras, y procure que la fuente de luz general de la habitación sea mayor a la del monitor.
La iluminación principal debe ser difusa, es decir, no tiene que caer de lleno en la pantalla y tampoco debe encontrarse detrás o enfrente del usuario.
Procure que su lugar de trabajo se encuentre moderadamente alejado de calefacción y aire acondicionado.
Si emplea libros o documentos, conviene colocarlos en un atril a la misma altura de la pantalla y al lado de ella; de esta forma no se baja o sube constantemente la cabeza para mirar, y se reduce la fatiga visual.
Al trabajar, utilice fuentes de letras bien definidas, de tamaño que permitan leer sin esfuerzo, con espacio adecuado entre renglones, preferentemente de color negro sobre fondo blanco.
Proporcione descansos de cinco minutos cada hora. Durante estas breves pausas dé actividad a los músculos de sus ojos, moviéndolos suavemente de un lugar a otro y enfocando de manera alterna los objetos que se encuentran cerca y lejos.
Otro ejercicio que proporciona excelente descanso consiste simplemente en cerrar los ojos, colocando las palmas de las manos sobre ellos sin ejercer presión.
También es de gran utilidad sentarse correctamente y mirar al frente; después, sin mover la cabeza, desvíe la mirada todo lo posible hacia la izquierda y luego a la derecha.
Si la resequedad en ojos es muy fuerte, puede emplear colirios o soluciones oftálmicas para restaurar la humedad y proporcionar alivio
Cuidado de las manos
Son muchos los usuarios de computadora que reportan problemas en manos, muñecas e incluso en los codos, debido a que el uso de teclado y ratón ocasionan torceduras y sobreesfuerzo que a su vez generan dolor que limita la posibilidad de trabajar adecuadamente.
La complicación más común es el llamado "codo de ratón" o síndrome de túnel carpiano, que consiste en la inflamación de los tendones cercanos al nervio mediano (responsable del movimiento de los dedos pulgar, índice y medio), mismos que lo comprimen. El resultado es la sensación de hormigueo en los dedos, dolor en las muñecas, pérdida de fuerza en la mano e incluso algunas molestias en los codos.
Hay que mencionar que este problema se presenta principalmente en personas cuya anatomía favorece la aparición de la dolencia (en ellos es muy estrecho el túnel del carpo, por donde pasa el nervio mediano que conecta a los dedos de la mano con el codo), y después de estar mucho tiempo usando el teclado con mala posición de las muñecas.
Para evitar estas molestias, aconsejamos las siguientes medidas:
Emplear teclado con una inclinación de 10 a 15 grados, a fin de evitar movimientos forzados de las articulaciones. Esto se puede constatar cuando se aprecia que la línea media (donde se encuentran las letras "A", "S" y "D") no se levanta más de 3 centímetros de la superficie de trabajo.
El teclado tiene que ser estable y no deslizarse. Tampoco debe exigir mucho esfuerzo al ejercer presión sobre las teclas.
Procure que quede alineado justo debajo del monitor, aunque ligeramente orientado hacia la derecha. Tome como referencia las teclas "F" y "J", que tienen pequeños puntos en relieve, ya que los dedos índices correspondientes deben quedar sobre ellas.
Asimismo, cuide que el teclado esté colocado cerca del borde de la mesa y que haya espacio para apoyar cómodamente brazos y manos, a fin de reducir presión sobre las muñecas. Evite también trabajar con los brazos estirados.
Si debe pasar muchas horas frente a la computadora, puede recurrir a un teclado ergonómico, que ofrece mayor posibilidad de descanso para las manos.
En cuanto al ratón, cuide que su forma se adapte a la curva de su mano.
Tómelo siempre con la mano relajada; no lo sujete con fuerza y utilice todo el brazo para moverlo.
Debe permitir que dedos y mano descansen sobre él sin que se active inesperadamente.
No debe imprimirle mucha fuerza para accionarlo.
Se recomienda que sea fácil de deslizar y, en caso de utilizar mouse pad, éste deben facilitar el movimiento y no entorpecerlo.
Si lo requiere, busque un ratón cuyo manejo sea posible para diestros y zurdos.
También se aconseja dar descanso a sus manos periódicamente, de preferencia una vez cada hora. Para lograrlo, se pueden realizar suaves movimientos circulares con sus muñecas en una y otra dirección, así como estirar y contraer los dedos. También es importante flexionar, extender y bajar ocasionalmente los brazos, además de presionar una pelota antiestrés o de esponja para quitar tensión a las articulaciones y músculos.
Últimas recomendaciones
Existen otros factores que si bien no tienen repercusión directa en la posición empleada al trabajar en computadora, aumentan la tensión y estrés, generando ansiedad e irritación. Nos referimos a los sonidos demasiado perturbadores que producen otros sistemas, como impresora, fax e incluso radio o televisión.
Sugerimos alejar lo más posible los focos de ruido, evitar la música a un volumen muy alto y emplear preferentemente impresoras de inyección de tinta o láser en vez de las de punto, pues aunque pueden ser un poco más costosas generan menos ruido y, con fines laborales, son más rápidas y logran mejor definición.
Por otra parte, se aconseja mantener bien ventilado su lugar de trabajo y procurar que la temperatura no sea excesivamente alta o baja, pues además de producir incomodidad, los climas extremos favorecen somnolencia, ansiedad e inquietud. Asimismo, la humedad excesiva del aire puede provocar sequedad de las mucosas respiratorias y molestias como cosquilleo en la garganta o pequeños ataques de tos, así que evítela en lo posible.
Finalmente, le recomendamos interrumpir su rutina y dar variedad a las tareas a lo largo del día, de forma que no trabaje en la misma posición ni realice las mismas actividades con sus manos durante más de dos horas consecutivas. Considere que tomar pequeños descansos no es desperdiciar el tiempo, al contrario, ayudará a incrementar su rendimiento a la vez que le evitará dolencias.
http://www.saludymedicinas.com.mx/nota.asp?id=1464
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miércoles, 26 de septiembre de 2007

Tratamiento de quemaduras

En un curso de capacitación de Dermatólogos enseñaron que cuando se produce una quemadura, sin importar la parte del cuerpo que fuera, el primer auxilio es colocar la parte afectada debajo de agua fría corriente hasta que el calor en la zona disminuya y así pare de quemar las capas de piel y después, pasar clara de huevo, levemente batida (solo para que sea mas fácil de aplicar).
La semana pasada, al calentar agua, una amiga la dejo pasar de punto; ya estaba en ebullición y cuando agarró la olla para tirar el agua, se quemo una gran parte de su mano porque el agua hirviente saltó hacia afuera cuando ella trataba de mover el recipiente.
Coloco entonces la mano debajo de la llave de agua fría, bastante tiempo para evitar el calor inicial, aunque el dolor era tremendo. Luego, rompió 2 huevos y separo las claras batiéndolas un poco, y puso en la mano la clara. Su mano estaba tan quemada que, en cuanto ella colocaba la clara encima de la piel, esta se secaba y quedaba una película que después se enteró, era colágeno natural. Estuvo por lo menos una hora colocando capa tras capa de claras en la mano. Por la tarde, no sintió más dolor y al día siguiente apenas había una marca rojiza-morada donde se había quemado.
Ella pensó que quedaría con una cicatriz horrible, pero después de 10 días estaba sin ninguna marca. No tenia NADA!!! Ni el color de la piel cambio; esa parte quemada, se recupero totalmente por el colágeno existente en la clara de los huevos que en realidad, es una placenta y esta llena de vitaminas.

domingo, 23 de septiembre de 2007

PROBLEMAS DE SALUD EN EL VARON

SECCION 21 > PROBLEMAS DE SALUD EN EL VARON
CAPITULO 229Trastornos de pene, próstata y testículos
Las anomalías en el pene, la próstata y los testículos pueden resultar tanto psicológicamente perturbadoras como físicamente perjudiciales. El pene puede verse afectado por lesiones, inflamaciones o infecciones, incluyendo las enfermedades de transmisión sexual. El cáncer de piel también puede desarrollarse en el pene. Los defectos de nacimiento pueden causar dificultades para orinar y para mantener relaciones sexuales.
El trastorno más común de la próstata es la hiperplasia benigna, que dificulta la micción. Otros trastornos incluyen la prostatitis y el cáncer de próstata (uno de los cánceres más frecuentes). El cáncer también puede afectar a los testículos, amenazando la fertilidad y, si no se trata, causa la muerte. Otros trastornos que afectan a los testículos incluyen la torsión testicular y la hernia inguinal.
Lesión e inflamación del pene
Varias son las lesiones que pueden afectar al pene. Enganchar el pene con la cremallera de los pantalones es muy frecuente, pero el corte producido en general se cura rápidamente. Un corte o irritación que se infecte debe ser tratado con antibióticos. Doblar excesivamente un pene erecto puede causar dolor, dañar gravemente las estructuras que controlan la erección y causar dificultades en las relaciones sexuales. El pene también puede partirse parcial o completamente. En ciertos casos es posible volver a unirlo, pero rara vez se recuperan completamente la sensibilidad y el funcionamiento normales.
La balanopostitis es una inflamación generalizada de la cabeza del pene (glande) y del prepucio. Dicha inflamación es habitualmente debida a una infección causada por un hongo o una bacteria bajo el prepucio de un pene no circunciso.
La inflamación causa dolor, picor, enrojecimiento, hinchazón y finalmente puede derivar en un estrechamiento (constricción) de la uretra. Los varones que padecen balanopostitis pueden llegar a desarrollar balanitis obliterante xerótica, fimosis, parafimosis y cáncer.
En la balanitis obliterante xerótica, la inflamación crónica provoca la aparición de una zona dura, de color blanco, cerca del extremo del pene. En general, la causa es desconocida, pero puede producirse por una infección o una reacción alérgica. El orificio de la uretra suele estar rodeado de esta piel blanca gruesa, que no hace más que bloquear la salida de la orina y del semen. Las cremas antibacterianas o antiinflamatorias pueden curar la inflamación, pero en general la uretra debe volver a abrirse quirúrgicamente.
FimosisTratamiento quirúrgico.

La fimosis es una constricción o endurecimiento del prepucio. Es una situación normal en un recién nacido o en un niño pequeño y suele resolverse en la pubertad sin tratamiento alguno. En los adultos, la fimosis puede ser el resultado de una irritación prolongada. Como el prepucio endurecido no se retrae, puede afectar a la micción y a la actividad sexual. El tratamiento habitual es la circuncisión.
En la parafimosis, el prepucio retraído no puede volverse a colocar sobre la cabeza del pene (glande). La parafimosis puede curarse con la circuncisión.
La eritroplasia de Queyrat es una zona rojiza y aterciopelada claramente delimitada que se desarrolla sobre la piel del pene, en general, sobre la cabeza o en la base de ésta. Este trastorno suele producirse en varones no sometidos a circuncisión. Para confirmar el diagnóstico, el médico puede tomar una pequeña muestra de piel para examinarla al microscopio (biopsia). La eritroplasia de Queyrat se trata con una crema que contenga el medicamento fluorouracilo. Como el área puede volverse cancerosa si no se trata a tiempo, el médico la examina cada pocos meses durante y después del tratamiento. Como tratamiento alternativo, puede extirparse el tejido anormal.
Tumores del pene
A pesar de que el cáncer de piel puede aparecer en cualquier parte del pene, el punto más frecuente es la cabeza, especialmente en la base. Los varones circuncisos rara vez presentan cáncer de piel en el pene. Al principio, el cáncer suele manifestarse como un área rojiza con llagas que no se curan en varias semanas pero que, en general, son indoloras. Habitualmente, este cáncer es un carcinoma de células escamosas. Otros cánceres de piel en el pene, mucho menos frecuentes, son la enfermedad de Bowen y la enfermedad de Paget. El cáncer se extirpa quirúrgicamente, junto con una pequeña área de tejido sano que lo rodea. Sin embargo, el médico intenta salvar tanto tejido peneal como le resulta posible.
Otras tumoraciones en el pene pueden estar causadas por una infección. Por ejemplo, una llaga pequeña, indolora, puede ser un signo de sífilis. Las ampollas dolorosas, diminutas, con frecuencia deben su origen al herpes simple. En muy raras ocasiones, las ampollas, que con el tiempo forman pequeñas úlceras, pueden estar causadas por el chancro blando. Uno o más nódulos protuberantes y consistentes en general son verrugas genitales, causadas por un virus. Las formaciones pequeñas, consistentes y con diminutas depresiones (molluscum contagiosum) están causadas por otro virus.
Priapismo
El priapismo es una erección dolorosa, persistente, que no está acompañada de deseo sexual ni de excitación.
En la mayoría de los casos, el priapismo se produce como consecuencia del uso de fármacos, o por motivos desconocidos. Otras causas posibles incluyen un trastorno de la sangre, como los coágulos sanguíneos, la leucemia o la anemia drepanocítica, un tumor en la pelvis o en la columna vertebral y una infección de los genitales. La enfermedad probablemente se deba a anomalías en los vasos sanguíneos y en los nervios que atrapan sangre en el tejido eréctil (cuerpos cavernosos) del pene.
El tratamiento del priapismo depende de la causa. Si es un medicamento, deberá suspenderse de inmediato. Si la causa parece ser una lesión neurológica, la anestesia de la columna vertebral de manera continua puede resultar de gran ayuda. Si la causa probable es un coágulo de sangre, éste debe ser extraído quirúrgicamente, o bien debe realizarse una derivación quirúrgica para restablecer la circulación normal en el pene. La mayoría de los casos de priapismo puede tratarse drenando el exceso de sangre del pene con una aguja y una jeringa e irrigando los vasos sanguíneos con líquido para eliminar los coágulos u otras obstrucciones. También pueden utilizarse varios medicamentos, dependiendo de la causa del problema. Las probabilidades de que un varón recupere su función sexual son pocas si el priapismo no responde rápidamente al tratamiento.
Enfermedad de Peyronie
La enfermedad de Peyronie es un engrosamiento fibroso que provoca contracturas en el pene y deforma la erección.
La causa de la enfermedad de Peyronie, que afecta a los varones adultos, es desconocida. El tejido fibroso que forma las contracturas provoca una curvatura en el pene erecto que puede hacer difícil o imposible la penetración sexual. La enfermedad puede causar erecciones dolorosas. El tejido fibroso puede extenderse incluso hacia el tejido eréctil (cuerpos cavernosos), impidiendo completamente la erección.
La enfermedad de Peyronie puede curarse por sí sola en el curso de varios meses. Las inyecciones de corticosteroides en el área afectada pueden ser útiles. En algunos casos, los síntomas pueden aliviarse con el uso de tratamientos con ultrasonidos. Lo más habitual es que las áreas fibrosas deban ser extirpadas quirúrgicamente. La cirugía puede curar la enfermedad pero, en algunas ocasiones, puede provocar una cicatrización mayor que hace que la situación empeore. La cirugía puede originar también impotencia.
Hiperplasia benigna de la próstata
La hiperplasia benigna de la próstata es una formación no cancerosa (benigna) de esta glándula.
La hiperplasia benigna de la próstata es frecuente en los mayores de 50 años. La causa es desconocida, pero puede tener que ver con los cambios en los valores hormonales que se producen con el envejecimiento. La próstata es una glándula que rodea la uretra y, si crece, puede estrecharla gradualmente. Con el paso del tiempo, el flujo de orina puede resultar obstruido. Como resultado, los músculos de la vejiga se vuelven más gruesos y fuertes para poder empujar la orina hacia fuera. No obstante, cuando un sujeto con hiperplasia benigna de próstata orina, la vejiga puede no vaciarse por completo. En consecuencia, la orina se estanca exponiendo a la persona a infecciones y a la formación de cálculos. Una obstrucción prolongada puede dañar los riñones. En un varón con hiperplasia benigna de próstata, los fármacos que afectan negativamente al flujo de orina, como los antihistamínicos, pueden provocar una obstrucción.
Síntomas
La hiperplasia benigna de la próstata presenta los primeros síntomas cuando la próstata agrandada comienza a obstaculizar el flujo de orina. Al principio, el paciente puede tener dificultades al comenzar a orinar. También puede sentir que la descarga de orina ha sido incompleta. Como la vejiga no se vacía por completo en cada micción, tiene que orinar con más frecuencia, sobre todo por la noche (nicturia) y la necesidad se vuelve cada vez más imperiosa. El volumen y la fuerza del flujo de orina pueden reducirse notablemente, y puede haber goteo al final de la micción. Finalmente, la vejiga puede llenarse en exceso, provocando incontinencia urinaria.
Algunas pequeñas venas de la uretra y de la vejiga pueden reventar cuando el paciente se esfuerza por orinar, y ello hace que aparezca sangre en la orina. La obstrucción completa puede imposibilitar la micción, lo cual produce una sensación de saciedad y luego un dolor agudo en la parte inferior del abdomen.
Las infecciones de la vejiga pueden causar una sensación de quemazón durante la micción y también fiebre. El residuo de la orina que se devuelve también aumenta la presión sobre los riñones, pero rara vez produce permanentes lesiones del riñón.
Diagnóstico
El médico que sospecha un caso de hiperplasia benigna de próstata basándose en los síntomas realiza una exploración física. Al palpar la próstata durante un examen rectal, el médico generalmente puede determinar si está agrandada. También buscará nódulos, que pueden indicar la presencia de cáncer, y comprobará si existe dolor, lo cual puede ser indicio de infección.
En general se realizan análisis de sangre que miden la función renal, así como otras pruebas que determinan si una persona tiene cáncer de próstata. Estos análisis miden las concentraciones de antígeno específico prostático (AEP). Los resultados muestran valores elevados en un 30 o en un 50 por ciento de los hombres con hiperplasia benigna de próstata. Dicho incremento significa que debería llevarse a cabo otra evaluación para determinar si la persona tiene cáncer de próstata, pero no significa que así sea.
En ocasiones, es necesario realizar más pruebas. El médico puede usar un catéter para medir la cantidad de orina que queda en la vejiga tras la micción. Sin embargo, lo más común es que el médico haga orinar a la persona en un urofluómetro (un instrumento que mide el flujo urinario). Un examen con ultrasonidos (ecografía) puede medir el tamaño de la próstata y ayuda a determinar si el cáncer es una causa posible. En raras ocasiones, el médico pasa un endoscopio (un tubo flexible que permite visualizar) hasta la uretra para determinar si el flujo de orina está obstaculizado por otra razón que no sea el crecimiento de la próstata.
Tratamiento
Los síntomas pueden aliviarse con fármacos alfa-adrenérgicos que relajan los músculos de la salida de la vejiga, como la terazosina y la doxazosina. Para reducir el tamaño de la próstata y posponer la necesidad de cirugía, pueden administrarse medicamentos como el finasteride, pero la mejoría de los síntomas puede tardar en producirse hasta 3 meses o más. Se requiere un tratamiento adicional si los síntomas se vuelven insoportables, el conducto urinario se infecta, el riñón comienza a dejar de funcionar o el flujo de orina resulta completamente obstaculizado. Un hombre que no puede orinar en absoluto necesita que se le coloque un catéter de Foley para drenar la vejiga. Cualquier infección se trata con antibióticos.
Tacto rectalCon el tacto rectal se logra palpar la próstata,que, en la ilustración, presenta un nódulo de origen tumoral.

La cirugía es la opción que más alivia los síntomas. El procedimiento más frecuente es la resección transuretral de la próstata, mediante la cual el médico introduce un endoscopio hasta la uretra y elimina parte de la próstata. Este procedimiento no requiere una incisión quirúrgica y, en general, se administra un anestésico inyectado en la columna vertebral. Sin embargo, el 5 por ciento de los varones que se someten a esta intervención, o incluso menos, sufren incontinencia urinaria. En raras ocasiones, el sujeto sufre de impotencia, necesita que se le dilate la uretra o requiere otra resección transuretral en los 3 años siguientes. Otra alternativa es utilizar un endoscopio equipado con un láser para quemar el tejido prostático, causando menos daño a los nervios y menos complicaciones. Sin embargo, hasta la fecha no existen estudios sobre las consecuencias de este procedimiento a largo plazo. Otros tratamientos probados recientemente son el uso de calor por microondas para reducir el tejido prostático y el uso de un globo para dilatar la uretra.
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es extremadamente frecuente, aun cuando su causa exacta sea desconocida. Cuando se examina al microscopio el tejido prostático obtenido tras una intervención quirúrgica o en una autopsia, se encuentra cáncer en el 50 por ciento de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90. La mayoría de estos cánceres nunca presenta síntomas porque crecen muy lentamente; sin embargo, algunos cánceres de próstata sí crecen de forma más agresiva y se extienden por todo el cuerpo. Aun cuando menos del 3 por ciento de los hombres que padecen esta enfermedad muere a causa de ella, en muchos países, el cáncer de próstata es aún la segunda causa de muerte más frecuente entre los varones.
Síntomas
En general, el cáncer de próstata crece lentamente y no presenta síntomas, a menos que se encuentre en estado avanzado. A veces los síntomas parecen similares a los de la hiperplasia benigna de próstata, incluyendo la dificultad para orinar y la necesidad de hacerlo con frecuencia. Estos síntomas aparecen porque el cáncer bloquea parcialmente el flujo por la uretra. Más adelante, el cáncer de próstata puede provocar orina con sangre o una repentina retención urinaria.
En algunos casos, el cáncer de próstata no se diagnostica hasta que se extiende (metástasis) hasta el hueso (típicamente la pelvis, las costillas y las vértebras) o los riñones, produciendo insuficiencia renal.
El cáncer de hueso tiende a ser doloroso y puede debilitarlo hasta el punto de causar fracturas. Una vez que el cáncer se ha extendido, es frecuente que la persona tenga anemia. El cáncer de próstata también puede extenderse hasta el cerebro, provocando ataques epilépticos, confusión y otros síntomas mentales o neurológicos.
Diagnóstico
Dado que el cáncer de próstata es tan común, muchos médicos lo buscan intencionadamente con el fin de poder establecer un diagnóstico en las primeras fases, cuando aún puede curarse. El mejor modo de buscarlo es hacer un examen rectal con el dedo y un análisis de sangre una vez al año. Durante el examen rectal, el médico palpa la próstata. Si la persona tiene cáncer, el médico suele percibir un nódulo. El análisis de sangre mide el valor de antígeno específico prostático (AEP), una sustancia cuya concentración se eleva habitualmente en las personas que presentan cáncer de próstata, pero que también puede aparecer en altas cantidades (aunque, en general, en menor proporción) en pacientes con hiperplasia benigna de próstata. Esta prueba no alcanza a descubrir un tercio de los cánceres de próstata (falso resultado negativo) y en alrededor del 60 por ciento de las veces indica cáncer cuando en realidad no lo hay (falso resultado positivo).
A pesar de que el examen aumenta las probabilidades de detectar el cáncer en sus primeras fases, también puede suponer realizar costosas e innecesarias pruebas diagnósticas y establecer un tratamiento sobre la base de un resultado falso positivo. Algunas organizaciones recomiendan realizar una determinación de AEP cada año para detectar la presencia de cáncer, mientras que otras no lo incluyen como una prueba de detecciðn sistemática.
Si el médico percibe un nódulo, puede examinar más detenidamente la próstata con una ecografía, un examen que utiliza ondas sonoras. Si este examen revela la presencia de un nódulo sospechoso, el médico generalmente obtiene varias muestras de tejido de la próstata. La persona recibe sólo un anestésico local antes de intervención y no se requiere hospitalización. Las muestras de tejido son examinadas al microscopio y pueden efectuarse en ellas ciertas pruebas bioquímicas. Estas pruebas ayudan a determinar si el cáncer es de tipo agresivo, que tiene probabilidades de extenderse con rapidez, o bien si es de tipo corriente, que tiende a crecer y a extenderse lentamente. También indican hasta qué punto se ha extendido el cáncer dentro de la glándula. Los tumores óseos metastásicos pueden ser detectados con radiografías o bien mediante una gammagrafía de los huesos.
Existen dos parámetros que ayudan al médico a determinar el curso posible del cáncer y el mejor tratamiento.
- Hasta dónde se ha extendido. Si el cáncer está confinado a una parte pequeña de la glándula de la próstata, en general, pasarán muchos años antes de que se extienda a las áreas que rodean la glándula y después al hueso y a otras partes del cuerpo.
- El grado de malignidad de las células. Las células del cáncer de próstata que se ven más distorsionadas al examinarlas al microscopio tienden a crecer y a extenderse con mayor rapidez.
Tratamiento
El tratamiento puede afectar gravemente a la forma de vida de la persona. La cirugía mayor, la radioterapia y los fármacos contra el cáncer de próstata suelen producir impotencia y pueden provocar incontinencia. El tratamiento proporciona menos ventajas a los hombres de más de 70 años que a los más jóvenes, ya que los de mayor edad tienen más probabilidades de morir debido a otras causas. Muchos hombres enfermos de cáncer de próstata, en especial los de mayor edad con un cáncer en su fase inicial, deciden que es mejor esperar y observar.
Cuando un sujeto y su médico deciden que es necesario seguir un tratamiento, el tipo de terapia dependerá del alcance de la enfermedad. Por lo general, el cáncer confinado a la próstata puede curarse extirpando la próstata quirúrgicamente o bien con radioterapia. En los hombres sexualmente activos que padecen ciertos tipos de cáncer, puede optarse por un procedimiento quirúrgico llamado prostatectomía radical de preservación de la potencia. Este procedimiento, que preserva ciertos nervios, mantiene la potencia sexual en alrededor del 75 por ciento de los pacientes. Menos del 5 por ciento presenta incontinencia. Sin embargo, el procedimiento tiene menos probabilidades de curar la enfermedad en los tipos de cáncer más agresivos y no tiene ningún sentido efectuarlo en los casos en los que el cáncer se ha extendido más allá de la próstata.
La radioterapia puede ser utilizada para tratar el cáncer confinado a la próstata. También se trata de una opción válida cuando el cáncer ha invadido los tejidos que rodean la próstata pero no se ha extendido hasta órganos más distantes. La radiación se aplica con un aparato de emisión externa o bien mediante implantes radiactivos que se insertan en la próstata.
El cáncer de próstata metastásico avanzado no se cura, pero los síntomas pueden aliviarse. Como muchos cánceres de próstata dependen de los valores de testosterona que tenga la persona, los tratamientos que bloquean los efectos de esta hormona pueden reducir el crecimiento de los tumores. Aproximadamente el 80 por ciento de los hombres que padecen cáncer de próstata presenta una respuesta positiva al tratamiento que bloquea dichos efectos. Una forma de bloquearlos es tomar ciertos medicamentos, como el leuprolide. Sin embargo, este tratamiento provoca cambios significativos en el organismo, incluyendo reducción de la libido, impotencia y crecimiento de las mamas (ginecomastia). Además, en casi un tercio de los hombres con enfermedad avanzada, el cáncer resiste a dicho tratamiento al cabo de un año.
La extirpación de ambos testículos (orquiectomía bilateral) reduce notablemente los valores de testosterona, pero los efectos físicos y psicológicos hacen que este procedimiento resulte inaceptable para algunos hombres. Sin embargo, es eficaz, no necesita tratamientos repetitivos, es menos costoso que la terapia con medicamentos y no requiere siquiera un día completo de hospitalización. El cáncer de hueso, que provoca dolor y que no responde a otros tratamientos, puede ser tratado con radioterapia o con fármacos que puedan reducir los tumores, como el mestranol.
Prostatitis
La prostatitis es una inflamación de la próstata.
En general, la prostatitis no se debe a una infección que se pueda identificar pero, en ocasiones, alguna infección bacteriana se extiende hasta la próstata desde el tracto urinario.
La infección de la próstata causa dolor en la ingle, entre el pene y el ano y en la parte inferior de la espalda, así como escalofríos y fiebre. El paciente también puede necesitar orinar con frecuencia y de forma imperiosa y puede aparecer sangre en la orina. La infección bacteriana puede extenderse al escroto, causando intenso malestar, hinchazón y dolor muy fuerte cuando se toca la zona afectada. Incluso se puede experimentar impotencia debido al dolor.
La prostatitis también puede ser el resultado de infecciones por hongos, virus y protozoos.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de prostatitis generalmente se basa en los síntomas y en la exploración física. Cuando el médico realiza un examen rectal, la próstata puede hincharse y volverse dolorosa al tacto. En ciertas ocasiones, el médico puede obtener una muestra de orina o de secreción para su cultivo, aplicando presión sobre la próstata durante el examen.
Cuando la prostatitis no está causada por una infección, los baños de asiento calientes (baños en los que la persona se sienta), el masaje periódico de la próstata y la eyaculación frecuente son actividades recomendadas para aliviar los síntomas. Un analgésico, como el paracetamol o la aspirina, puede ser necesario para reducir el dolor. El hecho de tomar laxantes y beber mucho líquido también ayuda a aliviar los síntomas.
Cuando la prostatitis está provocada por una infección bacteriana, debe administrarse un antibiótico oral, como el trimetoprim-sulfametoxazol, du-rante 30 o 90 días. Tomar antibióticos durante menos tiempo sólo puede curar parcialmente la infección y derivar en una infección crónica.
Cáncer testicular
El cáncer testicular puede provocar el crecimiento de un testículo o la aparición de un bulto en el escroto. La mayoría de los bultos que aparecen en el escroto no están causados por el cáncer testicular, pero los que se forman en los testículos sí.
La causa del cáncer testicular es desconocida, pero los varones cuyos testículos no descendieron al escroto antes de los 3 años de edad tienen muchas más probabilidades de desarrollar cáncer testicular que aquellos cuyos testículos descendieron dentro de esa edad. La mayoría de los casos de cáncer testicular se desarrollan en hombres menores de 40 años.
Cuatro clases de cáncer pueden desarrollarse en los testículos: seminoma, teratoma, carcinoma embrionario y coriocarcinoma.
Síntomas y diagnóstico
El cáncer testicular produce un bulto consistente creciente en el escroto, lo cual puede resultar doloroso. A veces, los vasos sanguíneos se rompen dentro del tumor y, como resultado, se forma una masa que crece rápidamente y causa un fuerte dolor. Un bulto duro en el testículo debe considerarse seriamente y debe ser examinado de inmediato por un médico.
Una exploración física y una ecografía ayudan al médico a determinar si el bulto se ha originado en el testículo. Si el bulto parece ser una masa sólida, especialmente si se encuentra en el testículo, se extirpa una pequeña porción de tejido para analizarlo al microscopio (biopsia). El paciente recibe un anestésico local antes de la intervención y el testículo no resulta afectado. Los valores de dos proteínas en la sangre, la alfa-fetoproteína y la gonadotropina coriónica, tienden a ser elevados en los hombres que padecen cáncer testicular. Los análisis de sangre pueden utilizarse tanto para buscar cáncer como para controlar el efecto del tratamiento. Si los valores suben después del tratamiento, el cáncer puede haber vuelto a aparecer.
Tratamiento
El tratamiento inicial para el cáncer testicular es la extirpación quirúrgica de la totalidad del testículo. El otro testículo no se extirpa para que el sujeto tenga valores adecuados de hormonas masculinas y siga siendo fértil. En ciertos tipos de tumores, también pueden extirparse los ganglios linfáticos del abdomen puesto que el cáncer tiende a extenderse primero hacia ellos.
El tratamiento puede incluir radioterapia y cirugía, especialmente en casos de seminoma. La radiación suele concentrarse en los ganglios linfáticos del abdomen, del tórax y del cuello para intentar destruir las células cancerosas que se hayan extendido allí. El cáncer testicular que se ha expandido suele curarse con una combinación de cirugía y de quimioterapia. El pronóstico depende de la variedad y del alcance del tumor. Más del 80 por ciento de los hombres con seminomas, teratomas o carcinomas embrionarios sobrevive 5 años o más. Esta capacidad para curar la mayoría de los cánceres testiculares metastásicos es uno de los grandes triunfos de la terapia contra el cáncer. Muy pocos casos con coriocarcinoma altamente maligno, un tumor muy poco frecuente, logran sobrevivir siquiera 5 años.
Torsión testicular

Torsión testicular
La torsión testicular se produce cuando un testículo se retuerce en su cordón espermático.
La torsión testicular es el resultado de un desarrollo anormal del cordón espermático o de la membrana que recubre el testículo. En general, se produce en los varones entre la pubertad y los 25 años; sin embargo, puede suceder a cualquier edad. La torsión testicular se produce tras una actividad extenuante o bien puede tener lugar sin razón aparente.
De inmediato, se produce un dolor agudo y tumefacción del escroto, además de náuseas y vómitos. El médico puede diagnosticar la enfermedad basándose sólo en la descripción que el paciente hace de sus síntomas y en los que haya encontrado tras el examen físico. Alternativamente, el médico puede recurrir a los exámenes con isótopos radiactivos para diagnosticar la enfermedad; sin embargo, los resultados de la prueba no son siempre fiables. La ecografía de color con análisis de flujo, que muestra tanto el tejido testicular como el flujo de sangre, suele ser la exploración más utilizada. El cordón retorcido corta el suministro de sangre al testículo. En consecuencia, la única esperanza de salvar el testículo es la cirugía para desenrollar el cordón dentro de las 24 horas siguientes a la aparición de los síntomas. Durante la cirugía, se comprueba el estado del otro testículo y habitualmente también se fija para prevenir la torsión del otro lado.
Hernia inguinal En la hernia inguinal, una porción del intestino se abre paso por un orificio de la pared abdominal hacia el canal inguinal, el conducto por el que descienden los testículos hacia el escroto en la vida fetal.
Anatomía normal
Hernia inguinal

Hernia inguinal
En la hernia inguinal, el intestino hace presión desde un orificio que se encuentra en la pared abdominal hasta el canal inguinal (el conducto por el cual descienden los testículos desde el abdomen hacia el escroto poco antes del nacimiento).
Cuando la hernia se produce porque el orificio es más holgado o débil de lo normal en el nacimiento, recibe el nombre de hernia congénita o indirecta. Cuando el paso del intestino se debe a un defecto en la base del canal inguinal, el trastorno recibe el nombre de hernia adquirida o directa.
En ambas clases de hernia inguinal, el intestino puede empujar hacia el escroto, generalmente produciendo una protuberancia indolora en la ingle y en el escroto. La protuberancia puede crecer cuando el sujeto se pone de pie y encogerse cuando se acuesta, porque el contenido se mueve hacia atrás y hacia adelante con la gravedad. Puede recomendarse recurrir a la cirugía dependiendo del tamaño de la hernia y del malestar que causa. Si una porción del intestino queda atrapada en el escroto, el suministro de sangre puede resultar interrumpido y dicha porción de intestino puede volverse gangrenosa. En este caso, se lleva a cabo una intervención quirúrgica de urgencia para sacar el intestino del canal inguinal y cerrar el orificio para que la hernia no se repita.
Otros trastornos del escroto y de los testículos
La orquiepididimitis es la inflamación del epidídimo y del testículo. Puede ser una complicación de una infección de la vejiga, una uretritis no específica, gonorrea, cirugía de la próstata o un procedimiento como la cateterización de la vejiga urinaria. El testículo se hincha y duele y también puede estar caliente al tacto. En general, hay líquido en el saco del escroto. La persona también puede tener fiebre. El tratamiento suele incluir antibióticos orales, reposo en cama, compresas de hielo aplicadas sobre el escroto y un aparato suspensorio que lo sujete. Quizás sea necesario recurrir al paracetamol o a otros calmantes del dolor. En ciertos casos, se forma un absceso (acumulación de pus) que, al tacto, resulta como un bulto blando en el escroto. El absceso tiende a drenar por sí solo, pero en determinados casos es necesario practicar un drenaje quirúrgico.
Varicocele
Hidrocele

La parotiditis es una infección vírica que, en general, afecta a los niños; si un adulto contrae parotiditis, los testículos pueden resultar afectados. La enfermedad produce una dolorosa hinchazón, la cual puede perjudicar de forma permanente la capacidad de los testículos para producir esperma.
Un hidrocele es una acumulación de líquido en la membrana que cubre los testículos, que causa una hinchazón blanda en uno de ellos. La enfermedad puede manifestarse en el momento del nacimiento o bien desarrollarse con el paso de los años. El hidrocele generalmente resulta indoloro, pero su volumen puede volverse tan grande que deba recurrirse a la extirpación quirúrgica para eliminar la molestia.
Un hematocele es una acumulación de sangre que generalmente aparece después de una lesión en el escroto. A veces la sangre se resorbe sin tratamiento, pero los hematoceles de gran tamaño suelen necesitar extirpación quirúrgica.
Un espermatocele es una acumulación de fluido que contiene esperma, localizada justo al lado del epidídimo. Si el espermatocele aumenta mucho de tamaño o se vuelve molesto acaba extirpándose quirúrgicamente.
Un varicocele es una masa de venas alargadas, anchas y con forma de gusano, localizadas en el escroto, muy similares a las venas varicosas. El varicocele suele aparecer en el lado izquierdo del escroto y, al tacto, se parece a un saco de gusanos. La masa resulta evidente cuando el sujeto se pone de pie, pero, en general, desaparece cuando se acuesta, porque se reduce el flujo de sangre que se dirige hacia las venas dilatadas.
Un varicocele puede ser corregido quirúrgicamente si provoca la sensación de que el escroto se encuentra incómodamente lleno o bien si disminuye la fertilidad.
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